“Siempre creí que todas las personas de este mundo eran mucho más agradables e inteligentes que yo. Que por muy antipáticos que parecieran, seguían teniendo buena conciencia y tenían circunstancias justificables para actuar como lo hacían. Por eso me odiaba a mí misma por ser tan tímida y deprimida cuando ni siquiera tenía una buena razón para hacerlo. …Pero ahora veo que realmente hay gente despreciable en todos los sentidos y que no pestañea dos veces para arruinar la vida de otro”