Frases de Héctor Lavoe

80 frases disponibles

¡Oh, mujer! ¡Cómo ha sido mi vida! ¡Oh, mujer! Tanto tiempo he soñado con tu amor.

Sabes, no me gusta verte hablar con otra persona, no me gustan tus bonitos ojos, mirar unos ojos que no son los míos.

¿Por qué la haces sabia, si conozco tu historia?» Conmigo te has quedado, sé que tienes costra. La roña que me tienes, nena, no me mortifica. Si la planta que das, la venden en la farmacia.

Mi pobre viejecita, lavando ropa ajena, se rompió la columna vertebral al pie de la jarra. Por miserables monedas para calmar las penas, la cruel amargura de nuestra situación.

La envidia y el rencor en todo se parecen. En mi son bestias muertas porque jamás me muerden.

Llorar, llorar, llorar… ¿Cómo no voy a llorar? ¿Cómo se va y me deja llorando a la orilla del mar? ¿Y cómo se va y me deja llorando al borde del mar?

Como el hermoso clavel, sólo quería florecer Y mostrarnos su belleza y marchita perecer. Todo tiene su final, nada dura para siempre. Hay que recordar que no hay eternidad.

Tierra de hospitales, eso es Barranquilla. Tierra de mi Edén, escucha mis plegarias. Tierra necesaria, oh, garza dormida. Mi canción está inspirada, no te olvidará. Y voy a cantarte Desde el más allá.

La mujer que amaba, hoy se me fue, esperando noche y día y no se decide a volver. Pero yo, sé que volverá, y si no, de penas moriré.

Esperando mi suerte quedé yo, pero mi vida otro rumbo cogió. Sobreviviendo en una realidad de la cual yo no podía ni escapar. Para comer hay que buscarse el real.

Dime qué te pasa, que este amor que tu pecho abraza. Quiéreme así, con frenesí, mi amor, como yo a ti.

No lo dejes salir porque dicen que es un ingrato, dale una oportunidad a mi amor sólo para disfrutar de un buen momento.

Eres el bello sueño del mejor poeta, que inspirado en ti se murió soñando. Con tu cielo azul y tus verdes campos, tierra del edén, isla del encanto.

¿Dónde están aquellos viejos poetas que hablaban del amor?» ¿Dónde están las mujeres que soñaban con flores? ¿Dónde están las canciones alegres que cantaba el pueblo?

Hoy mire tus ojos, tus ojos tan lindos, tus ojos tan verdes, mas verdes que el mar. Y en tus pupilas vi las heridas de tu penar.

Vamos todos a bailar al estilo africano. Si no lo sabes bailar, yo te enseñaré mi hermano.

Hoy les doy mis mejores pregones. Si no me quieren en vida, cuando me muera no me lloren.

Ayer lloré por tu ausencia, sintiendo en mi alma una profunda pena. Y hoy río de risa, porque ya no te amo, tengo un nuevo amor.

Oye, te voy a decir algo. No trabajes por la noche, no duermas durante el día. Te vas a sentir bien. No tomes cafeína porque, mira, te da cáncer. Todo, todo ahora da cáncer.

Engreído, me hice el guapo y me encerraron entre rejas». Y como preso, ni un amigo ha venido a visitarme. Sólo el rostro demacrado y adorado de mi vieja se aplasta contra los barrotes para besarme.

Soy , mido , de estatura. Mira, qué musculatura. Mira, qué hermosa figura.

Maldito licor que está acabando con mi vida. A ti me entregué para olvidar un perdido. Tener que llevar este corazón borracho, y sufrir el desprecio y la vergüenza que da la bebida.

Estaba esperando mi suerte. Pero mi vida otro curso atrapó. Sobreviviendo en una realidad de la que no pude escapar. Para comer hay que buscar el real.

Se va triste y vacía, llorando una traición con amargura. Para el que le dijo que era su amor y su locura, está tratando de lograr lo que ha soñado. Aprovecha la experiencia de la vida, Es olvidar los sufrimientos del pasado.

Podría ser feliz y estoy vivo muriendo. Y llorando, viviendo del más horrendo pasaje de este interminable drama.

Muchas veces me pongo a contemplar que nunca he hecho nada a nadie. Por qué la vida me ha de tratar así si lo que busco es la felicidad.

No se puede corregir a la naturaleza, palo que nace doble nunca tronco enderezar.

No me importa que me trates con desprecio, ni me importa de la forma en que me miras. Si amores como tú no tienen precio, se encuentran al doblar de cada esquina.

Dulce pozo, eres agua que fluye entre las rocas sin saber que has venido a saciar esta sed. La voluntad es poder y no hay nada más claro; Somos historia, decimos gloria, por amor.

Tu presencia desorienta y me hace estremecer, porque sepan que repito, no puedo ganar ni perder.

Era una mujer que había engañado a muchos hombres. Pero un día llegó un hombre que con un beso la traicionó. Y ese hombre nunca había querido y por eso Juana Peña lloró.

Nadie pregunta si sufro, si lloro, si tengo una pena que hiere muy hondo.

Mete la mano en el bolsillo, saca y abre tu navaja, y ten cuidado. Escúchame en este barrio, ¡muchos guapos lo han matado!

Bailemos todos al estilo africano. Si no sabes bailar, te enseñaré mi hermano. Te gusta la bomba y te gusta el baquiné; Para lo que disfrutas ahora, lo africano es el bembé.

Déjate de tanto alarde y vive la realidad, ay pues por más que tu trates, el mundo no cambiará. Que te dicen sabio, sabio, sabio tu serás, pero con tanta sabiduría y tu no tienes felicidad.

Porque soy así, me llaman loca. Nadie conoce mi dolor, es que me conocen poco.

Unidos en una sola pieza, modernos los rumberos nos vamos a tocar, rechazando a aquel que nos combate, y respetando a quien no sepa respetar.

Dices que me amas, sé que no puede ser. Pero cuando me besas, te creo de nuevo. No sé cómo lo haces, me vas a volver loca. Las cosas que me pasan, no las puedo entender.

Yo quisiera dejarle a los niños un mundo de dicha de paz y de amor, y que miren de frente al futuro por un mundo que viva mejor.

Hoy miré tus ojos, tus ojos tan hermosos, tus ojos tan verdes, más verdes que el mar, y en tus ojos vi las heridas de tu dolor.

¡Aléjate de mí! Ya no te quiero. ¡Chevere, vete, sigue tu camino! Vete ahora y déjame en paz. ¡Aléjate de mí! No te quiero más. Oye, mamá, no te vayas.

Que breve fue tu presencia y mi hastío, que tibias fueron tus manos, tu voz. Como luciérnaga llega tu luz, y disipa las sombras de mi rincón.

Estoy enamorado de un imposible, confundiendo mi pensamiento la vana expectativa. Vivo con la ilusión y la fantasía, esperando un amor que nunca llega.

Te voy a llevar a Brasil, luego iremos a Colombia. Bailaremos cumbia, desde Puerto Rico llevo una bomba. ¡Oh, buena mamacita! Es que tú eres mi anhelo, serás mi tesoro.

Con el corazón roto y la cara mojada; Soy tan infeliz, que quiero morir. Mentiras, todo era mentira, palabras al viento, solo un capricho que tuvo la chica.

La muerte con su poder podrá alejarnos, y con ella bajaría yo hasta la tumba. Pero mientras en mi ser viva mi alma y mi corazón, mis ilusiones, bella existencia, serán tuyas.

Abuela de mi vida, cómo te recuerdo. Te quiero, te adoro. Es que tú eres mi único tesoro.

Me dicen que yo estoy loco, pero se están cayendo de un coco, porque de mí no pueden reír. Lo que les pasa es que sin mi saoco no pueden vivir, porque yo canto, bailo, toco un poco, y me sé sacudir.

Con la misma frialdad que me das, que me hace ansiar volverme loco, te daré tu soledad de invierno. Una brisa glacial cada noche.

¡Qué niña tan hermosa! La quiero de verdad, pero no la miro porque es mía, ya no es mía. ¡Cómo mueve las caderas! Se mueve de verdad. ¡Que hermosa niña! Con la Fania baila más.

Otro capítulo ha terminado en mi vida. La mujer que amé hoy me dejó. Esperando noche y día, y no se decidió a volver. Pero sé que volverá. Y si no, moriré de pena.

No sé si con el tiempo esta herida sanará. No había razón para terminar. He tratado de olvidarlo, pero sin embargo, lo recuerdo más. No se sorprendan si ven llorar a un hombre.

Unidos en una pieza, modernos, los rumberos van a jugar. Rechazando al que nos combate y respetando a los que no saben respetar.

El reloj hace tictac, pasa como los años. No, no me hagas esperar, que la espera me hace daño.

Tu amor es un periódico de ayer que nadie busca y lee. Sensacional cuando sale al amanecer, al mediodía ya es noticia confirmada, y por la tarde materia olvidada.

No me preguntes mi nombre, quiero olvidar quién soy. Piensa que sólo soy un hombre. Y si lloro, no te sorprendas. No es por falta de valor.

Encontrarás alegrías y tendrás felicidad. Además, sabrás del bien. El tiempo te lo dirá. Sé que piensas que todo es mentira, puras promesas, sólo falsedad. Borra en tu mente esa tontería y verás que todo es verdad.

El día en que tú te fuiste, triste me quedé llorando. ¡Ay regresa te lo pido!, ¡no ves que por tu amor seguro me estoy matando!

Somos en la vida, polvo nada que más da, y eso es lo que al fin nos separará. Es inútil que pienses en la felicidad. Tiene mucho de ausencia, su existencia fugaz.

Ampárame, Señor. Por qué me dejas seguir insistiendo en tu cariño si sabes, conscientemente, que es absurdo y que nunca podré tenerlo.

Estamos en la vida de polvo, nada, lo que es más. Y eso es lo que finalmente nos separará.

Bailemos la rumba, la rumba del Panamá. Los chicos se alteran al verla caminar.

Soy el cantante y mi negocio es cantar. A los que me siguen, mi canción vino a brindar.

La calle es un bosque de cemento y fieras, ¿cómo no? No hay nadie que se vuelva loco de contento. Dondequiera que esperes, te espera lo peor.

Nadie sabe mi dolor, es que me conocen poco. Loco, loco voy por la vida, canto, río y sufro también. Soy humano y todo me pasa, por eso siempre yo loco seré. Y cada día más loco estaré.

Date en esta vida y busca siempre el columpio, que si te apuras te mueres y si no te apuras también, Willie Colón.

Ignora a la gente, sigue la corriente y ámame más. Que, si esto es escandaloso, es más vergonzoso no saber amar.

Aléjate de mi no quiero verte, tu amor es una farsa que lastima. Contigo yo he tenido mala suerte, en mi corazón duele como espina.

Si ayer fue felicidad, hoy es tristeza. Pero que angustia, melancolía, desilusión.

Pensé que eras diferente, pensé que eras sincera y te di mi vida sin condición.

Si tú sabes que te adoro, que eres cielo, mi tesoro, dime por qué no puedo yo tener tu gran querer. Decídete a entregarme el corazón, y así sabrás lo que es el amor.

Como una rosa sin sol, como una primavera sin flor, mi corazón que no llora si le quitan la razón.

La muerte con su poder puede alejarnos. Y con ella, yo bajaría a la tumba. Pero mientras en mi ser vivo mi alma y mi corazón, mis ilusiones, hermosa existencia, serán tuyas.

Tu amor apuntó muy alto, por eso fue que de mi nada sacó. Cruzó como flecha errada, que fácilmente evitó mi corazón.

Una ilusión renace cuando llega la Navidad. Ya se oyen trovadores, con su canto y sus tambores, en toda la ciudad.

Soñaba que ya habías vuelto, que me habías perdonado. ¡Qué dulce el momento! Pero cuando desperté vi que no era cierto, que estaba soñando, soñando despierto.

Siempre me dijiste que era amor lo que sentías. Hoy vivo convencido de que era ilusión lo que ofrecías.

Antes de maldecir prefiero con orgullo ser simplemente eso un vagabundo.

Así como viniste a mí, aléjate de los hombros. Ve y predica por ahí, ya he terminado, mamá.

Pronto llegará el día de mi suerte. Sé que antes de mi muerte seguro que mi suerte cambiará.