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26 Frases de San Anselmo de Canterbury

En caso de que no lo sepas, San Anselmo fue un monje benedictino y también fue el Arzobispo de Canterbury, Inglaterra. Además fue proclamado por el Papa Clemente XI como Doctor de la Iglesia en 1720.

San Anselmo es considerado como uno de los más grandes teólogos y filósofos de su época y actualmente se le conoce como el «padre de la escolástica«. En 1494 fue canonizado y hasta la fecha su fiesta se celebra cada 21 de abril.

Es por eso que en esta ocasión te compartimos una selección de las Mejores Frases de San Anselmo de Canterbury.

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Frases de San Anselmo sobre la vida

  1. «Dios no se demora en escuchar nuestras oraciones porque no tenga intención de concederlas; sino para que, ampliando nuestros deseos, nos conceda más ampliamente». – San Anselmo de Canterbury
  2. «Perdóname por tu misericordia, no me castigues por tu justicia».- San Anselmo de Canterbury
  3. «Creo para poder entender». – San Anselmo de Canterbury
  4. «Porque no busco entender para poder creer, sino que creo para poder entender. Porque esto también creo: que si no creo no entenderé». – San Anselmo de Canterbury
  5. «Ven ahora, hombre insignificante, huye por un momento de tus asuntos, escapa por un rato del tumulto de tus pensamientos. Deja a un lado tus pesadas preocupaciones y abandona tus fatigosos trabajos. Abandónate un poco a Dios y descansa un poco en Él». – San Anselmo de Canterbury
  6. «Señor, dame lo que me has hecho desear; te alabo y agradezco el deseo que me has inspirado; perfecciona lo que has comenzado, y concédeme lo que me has hecho anhelar.» – San Anselmo de Canterbury
  7. «Y lo que decimos -que lo que Él quiere es correcto y lo que no quiere es incorrecto- no debe entenderse así, como si, en caso de que Dios quisiera algo inconsistente, fuera correcto porque Él lo quiso. Porque no se sigue que si Dios mintiera sería correcto mentir, sino que no fuera Dios.» – San Anselmo de Canterbury
  8. «Porque no busco entender para creer, sino que creo para entender. Porque también creo esto, que si no creo, no entenderé». – San Anselmo de Canterbury
  9. «No me esfuerzo, Señor, por penetrar en tu sublimidad, pues en modo alguno comparo mi entendimiento con ella; pero anhelo comprender en algún grado tu verdad, que mi corazón cree y ama. Porque no busco entender para creer, sino que creo para entender». – San Anselmo de Canterbury
  10. «Dios es un ser que no se puede concebir nada más grande». – San Anselmo de Canterbury
  11. «Dios no ha hecho nada más valioso que la existencia racional capaz de disfrutar de él;» – San Anselmo de Canterbury
  12. «Porque afirmamos que la naturaleza divina es sin duda impasible, y que Dios no puede en absoluto ser derribado de su exaltación, ni esforzarse en nada de lo que quiere realizar. Pero decimos que el Señor Jesucristo es muy Dios y muy hombre, una persona en dos naturalezas, y dos naturalezas en una persona. Por lo tanto, cuando hablamos de que Dios soporta cualquier humillación o debilidad, no nos referimos a la majestad de esa naturaleza, que no puede sufrir, sino a la debilidad de la constitución humana que asumió. Y así no queda ningún motivo de objeción contra nuestra fe. Porque de este modo no pretendemos degradar la naturaleza divina, sino que enseñamos que una persona es a la vez divina y humana. En la encarnación de Dios no hay rebaja de la Deidad; pero la naturaleza del hombre creemos que es exaltada.» – San Anselmo de Canterbury
  13. «Enséñame a buscarte, y revélate a mí mientras te busco, porque no puedo buscarte si no me enseñas cómo, ni encontrarte si no te revelas». – San Anselmo de Canterbury
  14. «los ángeles están separados entre los que adhiriéndose a la justicia disfrutan de todos los bienes que desean y los que habiendo abandonado la justicia carecen de cualquier bien que deseen» – San Anselmo de Canterbury
  15. «[Dios] no puede corromperse, ni mentir, ni hacer que lo que es verdadero sea falso (como por ejemplo, hacer que lo que se ha hecho no se haya hecho), ni muchas otras cosas semejantes.» – San Anselmo de Canterbury
  16. «Porque por el justo juicio de Dios se decretó, y, por así decirlo, se confirmó por escrito, que, puesto que el hombre había pecado, no debería tener en adelante por sí mismo el poder de evitar el pecado o el castigo del pecado; porque el espíritu es de ida y no de vuelta (est enim spiritus vadens et non rediens); y el que peca no debería escapar impunemente, a menos que la piedad perdone al pecador, y lo libere y lo restaure. Por lo tanto, no debemos creer que, a causa de esta escritura, se pueda encontrar alguna justicia por parte del diablo en su tormento del hombre. En fin, así como nunca hay injusticia en un ángel bueno, en un ángel malo no puede haber justicia alguna. No había, pues, ninguna razón, por lo que respecta al diablo, para que Dios no hiciera uso de su propio poder contra él para la liberación del hombre.» – San Anselmo de Canterbury
  17. «Me esforzaba hacia Dios, pero chocaba conmigo mismo. Buscaba el descanso en mi interior, pero
  18. encontré tribulación y dolor en mi ser más íntimo». – San Anselmo de Canterbury
  19. Quita la gracia, y no tienes nada por lo que ser salvado. Elimina el libre albedrío y no tendrás nada por lo que puedas salvarte. – San Anselmo de Canterbury
  20. Así, eres justo no porque des lo que se debe, sino porque haces lo que te conviene como bien supremo. – San Anselmo de Canterbury
  21. Perdóname por tu misericordia, no me castigues por tu justicia. – San Anselmo de Canterbury
  22. No habría sido justo que la restauración de la naturaleza humana se dejara sin hacer, y… no podría haberse hecho a menos que el hombre pagara lo que debía a Dios por el pecado. Pero la deuda era tan grande que, aunque sólo el hombre la debía, sólo Dios podía pagarla, de modo que la misma persona debía ser a la vez hombre y Dios. Así fue necesario que Dios tomara la humanidad en la unidad de su Persona, para que quien en su propia naturaleza debía pagar y no podía, estuviera en una persona que sí podía… La vida de este Hombre fue tan sublime, tan preciosa, que puede bastar para pagar lo que se debe por los pecados de todo el mundo, e infinitamente más. – San Anselmo de Canterbury
  23. La deuda era tan grande, que mientras el hombre solo la debía, sólo Dios podía pagarla. – San Anselmo de Canterbury
  24. Ahora, pues, pequeño hombre, huye por un momento de tus asuntos; escóndete por un momento de tus pensamientos turbulentos. Rompe ahora con tus molestas preocupaciones, y piensa menos en tus laboriosas ocupaciones. Dedica un poco de tiempo a Dios, y descansa un rato en Él. Entra en la cámara de tu mente, excluye todo lo que no sea Dios y lo que te ayude a buscarlo, y, cuando hayas cerrado la puerta, búscalo. Habla ahora, oh, todo mi corazón, habla ahora a Dios: «Busco tu rostro; tu rostro, Señor, deseo». – San Anselmo de Canterbury
  25. Oh Señor, Dios nuestro, concédenos la gracia de desearte con todo nuestro corazón; que, deseando así, te busquemos, y buscando te encontremos; y así, encontrándote, te amemos; y amándote, odiemos aquellos pecados de los que nos has redimido. – San Anselmo de Canterbury
  26. Te ruego, oh Dios, que te conozca, que te ame y que me regocije en ti. Y si no puedo hacer esto plenamente en esta vida, al menos permíteme avanzar de día en día hasta que esa alegría llegue a la plenitud. – San Anselmo de Canterbury

Resumiendo

Después de haber leído las inspiradoras frases de San Anselmo ¿qué opinas? San Anselmo publicó varias obras entre las que destacan Monologion (1076), Proslogion o Fides querens intellectum (1078) y Cur Deus homo (1098) el libro que habla sobre la encarnación. Así que si tienes tiempo y te gusta leer te recomiendo busques y encuentres alguno de estos libros.

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