Michelle Segrest

“Cuando vives en un velero, aprendes a vivir con al menos 20 grados de inclinación. Duermes inclinado. Cocinas inclinado. Orinas inclinado. Estás de lado todo el tiempo”

“Aprender a navegar es un compromiso para toda la vida y no sólo un seminario de un curso». –”

“En cuanto entramos en el Golfo de Vizcaya, lo supimos. Las cosas empezaron a ponerse incómodas de inmediato”

“Esta es una gran experiencia, y estoy agradecida cada día por la oportunidad de desafiarme a mí misma. Pero no puedo pretender que todo sea vela y sol todo el tiempo”

“Podemos luchar contra el mar o podemos abrazarlo. A veces será dulce y otras malo como una serpiente. Debemos aceptar la experiencia y confiar en que la superaremos”

“Quizá hayas experimentado ese nirvana personal que te hace seguir deseando y necesitando la siguiente experiencia especial. Creo que esto es lo que hace que tu pasión forme parte de tu corazón y de tu alma y no sea sólo un pasatiempo.»-”

“Me di cuenta de todos los moratones, cortes y rasguños que parecen haber tatuado mis extremidades: cicatrices de batalla de un verdadero marinero que cuentan la historia de mi viaje”

“A veces, cuando navegas, tienes periodos de olas fuertes con descansos de aguas tranquilas. No tuvimos ningún descanso de las olas fuertes. No paraban de llegar”

“Si cuidas cada herida que te haces en un velero, te pasarás todo el tiempo cuidando heridas. Es mejor soltar una palabra de cuatro letras y seguir adelante”

“¡El mar Báltico es una perra! Pero yo la quiero”