"No sé por qué sigo escribiendo esta canción, pero me sangra el corazón cuando lo hurgo."
"Algunas veces vivo y otras veces la vida se me va con lo que escribo."
"Los pocos que me quieren no me dejan perderme solo por si disparato, no pido compasión para mis quejas que tocan a rebato."
"Dijo hola y adiós y el portazo sonó como un signo de interrogación. Sospecho que así se vengaba a través del olvido Cupido de mi."
"Vivo en el número siete, Calle Melancolía. Quiero mudarme haré años al barrio de la Alegría, pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía."
"¿Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?"
"No sabía que la primavera duraba un segundo, yo quería escribir la canción más hermosa del mundo."
"Que las verdades no tengan complejos, que las mentiras parezcan mentiras. Que no te den la razón los espejos."
"Si la vida se deja, yo le meto mano."
"Me acusas de jugar siempre al empate, me acusas de no presentar batalla, me acusas de empezar cada combate tirando la toalla."
"Las mejores promesas son esas que no hay que cumplir."
"Este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá, esta ceniza no juega con fuego, este ciego no mira para atrás."
"Estaba solo cuando al día siguiente el sol me desveló, me desperté abrazando la ausencia de su cuerpo en mi colchón."
"Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida, le pedí que a su antojo dispusiera de mí, ella me dio las llaves de la ciudad prohibida, yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo di."
"De tanto ser felices se me olvidó quererte."
"Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren."
"No dormir era más dulce que soñar; y envejecer con dignidad una blasfemia."
"Si me matas me hago el muerto, yo que mato por vivir, cuando no sé qué decir doy gritos en el desierto."
"Me muero de ganas de decirte que te quiero. Y que no quiero que venga el destino a vengarse de mí, y que prefiero la guerra contigo al invierno sin ti."
"Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera. Contarle que el universo era más ancho que sus caderas. Yo le pintaba un mundo real y no uno color de rosa, pero ella prefería escuchar mentiras piadosas."